martes, 22 de abril de 2008

Camelot (o la utopía de un lugar justo y perfecto)

En la literatura hay una saga que siempre ocupó mi corazón, y se trata de la historia del Rey Arturo, Camelot y todo lo relacionado.
En una de mis vidas pasadas estuve allí, lo sé. Y quizá por eso el afan de construir un mundo justo y perfecto, como quiso hacerlo el sabio rey.
Quizá por eso cada vez que veo la vieja bandera con el cardo y el dragón mis ojos se llenan de lágrimas espontaneamente.
Quizá por eso al escuchar el sonido de las Highland Bagpipes mi alma se estremece.
Y quizá por eso me siento tan poco identificado con la tierra en que me tocó vivir.

Como diría T.H White, "England Has My Bones". Y doy por descontado que quiero que esa sea la tierra de mi último descanso, en algún viejo castillo abandonado y perdido en medio de la campiña.

Inglaterra tiene mis huesos y mi alma. Desde pequeño sabía el significado de palabras en ese idioma sin haber tenido instrucción alguna en el. Mas tarde, cuando tuve contacto con el inglés antiguo, lo leí como si fuera mi lengua madre.

Por eso, el otro día mirando un poco de TV distraidamente, di con una película que me interesó por su temática : "Lancelot - First Knight" (Richard Gere - Sean Connery)

Sobre todo, me quedó grabada la promesa de honor que se realizaba al ser ordenado un caballero.

Cuando Lancelot era ordenado, el juramento era "Brother to brother, yours in life and death."

(De hermano a hermano, tuyo en la vida y en la muerte)

Cada caballero se le aproximaba entonces, y ponía una mano en su hombro al mismo tiempo que el ponía la suya en el de cada caballero y repetía la misma promesa.

Pocas veces escuché una promesa de honor que me llegara tanto al corazón...

El Rey Arturo le dijo entonces a Lancelot: "If you must die for something, die for something greater than yourself."

(Si debes morir por algo, muere por algo mas grande que tí mismo)

Y pocas veces escuché manifestar la entrega a un ideal superior de una forma tan directa...

El Rey Arturo le dijo a Lancelot que cada uno de los miembros del concilio de caballeros eran iguales. Y continuó : "No head, no foot, every one is the same, and in Camelot the king is there to serve. In serving each other, we become free men.

This is the heart of Camelot, not these stones, not these timbers, these palaces and towers. Burn them all and Camelot lives on, because it lives in us. Camelot is a belief that we hold in our hearts."

(Ni cabeza, ni pies, cada uno es lo mismo, y en Camelot el Rey está para servir. Sirviendo al otro nos convertimos en hombres libres.

Este es el corazón de Camelot, no estas piedras, no estos brillos, estos palacios y torres. Quémalos y Camelot seguirá viviendo, porque vive en nosotros. Camelot es un sentimiento que guardamos en nuestros corazones)

Se derrumbarán las paredes, las piedras serán removidas de sus bases, y nosotros seguiremos viviendo. Nos convertimos en lo que creemos en el fondo de nuestro corazón... allí está nuestro Camelot añorado.

De hermano a hermano, tuyo en la vida como en la muerte!

martes, 8 de abril de 2008

Si el lo recomienda, es cierto...


Solamente hay que pinchar en la imagen para ver a lo que me refiero...

sábado, 5 de abril de 2008

El respeto hacia lo antiguo y clásico



En este mundo de vertiginosos cambios, todo parece quedar obsoleto en cuestión de segundos.


Modas, aparatos electrónicos, culturas, lenguajes; son unos de los tantos ejemplos a los que la vorágine de racionalismo tecnológico del ser humano nos ha acostumbrado.


Quizá si otro hubiera sido el camino, camino perdido dejado por las civilizaciones de Egipto, la Atlántida y la Hyperborea, estaríamos rumbo a las estrellas en estos momentos... pero son temas para otro apartado de este blog...


En todas las culturas que se precien, sobre todo las milenarias (tomemos como ejemplo cualquiera de Oriente) siempre los antepasados tuvieron un lugar privilegiado. Se los ponía en un lugar de respeto, se los escuchaba y se los tomaba como ejemplo para futuras generaciones. Un respeto bien ganado, ya que fueron pioneros en muchas cosas y el ser el primero tiene que ser un motivo de respeto.


Nuestra sociedad no tiene esos valores. Y mas allá de lo humano, lo he comprobado en un ámbito donde me muevo cotidianamente, que es el de la tecnología.




Puede parecer absurdo, pero el ejemplo es bien válido, mas aún sabiendo que soy coleccionista de retroinformática, y he seguido el pulso tecnológico de este campo desde hace más de 20 años atrás.


Antes que el PC fuera algo absolutamente normal, existió otro tipo de máquinas. Máquinas que debido a las limitaciones tecnológicas de la época, obligaban a desarrollar el ingenio, a pensar. No se trataba de dar clic en un ícono para ejecutar la aplicación que uno quería. Muchas veces uno tenía que fabricar esa aplicación con reducidos recursos gráficos y de memoria del equipo. Entonces, la inteligencia tomaba el lugar, y no nos dejábamos atar a la pereza de tener un programa que lo hiciera por nosotros. Es preocupante ciertamente lo que está sucediendo. Estamos sometidos a una especie de "pereza intelectual", ya que el PC hace todo por nosotros.

Esas máquinas que nombro fueron las que hicieron posible la evolución natural hacia el PC. Y sin ellas, no sería posible que yo estuviera sentado cómodamente frente a un PC escribiendo esto; ni que el amable lector de este blog lo leyera. Es mas, no tendríamos blogs, no existiría Internet ni el correo electrónico, ni la videoconferencia, ni la mensajería instantánea.

¿Y donde están esos equipos ahora? Con toda seguridad muchos marcharon a la basura. Otros están en algún oscuro rincón de nuestros hogares. Otros en un estante acumulando polvo. Los menos de ellos, tienen el respeto que se merecen y están en un museo. Pero nos hemos olvidado por completo de ellos.

¿Acaso el ser humano se olvida de sus padres, abuelos, héroes nacionales, y ancestros? ¿Acaso los tira a la basura, los coloca en un estante a juntar polvo ó los coloca en el rincón de las cosas que no se usan? Tristemente he visto casos así...

Recordemos que ellos posibilitaron que hoy vivamos cómodamente. Y estos artilugios tecnológicos nos posibilitan la comodidad actual. Muchos de los que iniciamos nuestro camino con estas máquinas ahora somos profesionales en ese campo gracias a esas "antigüedades". Y así como los seres humanos, merecen respeto también. Por eso este pequeño homenaje en este blog.

Si bien Microsoft encarnado en Bill Gates tenía como meta llevar la informática a los hogares; cosa que logró; no se percató de llevar una computadora a los hogares.

Al otro lado del Atlántico, en las brumosas y mágicas Islas Británicas, un hombre llamado Clive Sinclair tuvo esa idea : llevar las computadoras a todos los hogares de Gran Bretaña. Su idea era construir algo barato, sencillo y que fuera simple de manejar. La idea era romper la "barrera sicológica" de las 100 libras esterlinas en cuanto a precio.

Precedida por el ZX 80 como "conejillo de Indias", en 1981 la compañía Sinclair Research saca al mercado el Sinclair ZX 81, cuya imagen encabeza esta entrada del blog. No necesitaba monitor, usaba un televisor común para eso, y un cassettero para almacenar programas y volverlos a colocar en memoria. Claves del bajo costo y la accesibilidad masiva al producto fueron esas. Y el éxito no se hizo esperar. Con un precio de 99,95 libras, esa pequeña computadora representó los inicios de la informática casera. Miles de aficionados tuvieron su primer acercamiento a ese misterioso mundo de la mano de esta máquina , que se llegó a exportar a Estados Unidos. Contaba con 1K de memoria RAM (si, menos que un documento escrito en .txt!) ampliables a 16K. Podía mostrar solo imágenes en blanco y negro, pero para la época, fue una maravilla.

Con esa máquina me inicié, en realidad con su versión argentina fabricada por la empresa Czerweny Electrónica, este modelo fue llamado Czerweny CZ 1000 :



En realidad, era un clon a su vez de la versión americana de la Sinclair ZX81 (Timex Sinclair 1000, con 2K de memoria en esta versión) . Cuando el teclado de membrana de mi Czerweny CZ 1000 dijo "Game Over", la cambié por una Timex Sinclair 1000 que venía con el plus de una cantidad de revistas y cassettes de programa originales, además de otra expansión de memoria. Actualmente es la que conservo :

Se pueden imaginar que con 2K de memoria, había que hacer maravillas para poder programar en esas máquinas. Y sin embargo, es increible lo que se puede aprender sobre como optimizar el código de un programa para aprovechar hasta el último byte de memoria disponible. De todos modos, un tiempo despues, llegó a mis manos mas memoria. Lo que ahora conocemos como módulos de memoria, en aquella época venía en esta forma :

Con 16 Kb de memoria, era otro mundo. En ese momento, decidí meterme en los arduos terrenos de la programación en Assembler. Y un mundo nuevo se abrió. Conocí el inmenso poder que da el actuar directamente sobre el procesador de la máquina, cosa que en aquella época era relativamente asequible hacer.

En 1982, alentado por el éxito de la ZX 81, el señor Clive Sinclair lanza al mercado el que sería sin duda un ícono de los años 80 en toda Europa y la computadora con mas éxito de la historia; el Sinclair ZX Spectrum :

Entre sus novedades, tenía color y sonido, más memoria (modelos de 16K y 48K), y posibilidades de conectarle unas minúsculas "disketteras" llamadas "Microdrives".

Esta máquina, a sus 25 años de lanzada, ocupa un lugar sentimental muy fuerte en toda la generación que creció con ella y aprendió con ella. El mercado la transformó en una máquina de juegos, pero mucha gente que hoy programa juegos empezó programando juegos en ella por diversión. En Internet es la computadora que mas adeptos tiene, haciendo que existan desde emuladores hasta páginas enteras dedicadas a ella. Y los precios que se pagan en las subastas son cada vez mas altos por estas reliquias.

Tal fue su exito, que la primera ministra británica de esa época, la "Dama de Hierro" Margareth Thatcher; llevó consigo un ejemplar a Japón en un viaje diplomático, para ofrecerla como "muestra de la industria tecnológica británica".

Esto le valió a Clive Sinclair el título de Caballero del Imperio Británico. Ahora era Sir Clive Sinclair.

En 1983, ante pedidos de los usuarios, mejoró algunas cosas en la máquina (teclado básicamente) y dió lugar al clásico ZX Spectrum +, un modelo cuya estética es sobria pero hermosa hasta el día de hoy :



Esas dos máquinas marcaron a una generación. Inmediatamente, comenzaron a salir "clones" en lugares del planeta donde las leyes prohibían la importación de esos equipos en pos de defender la industria nacional. Un caso fue Brasil, de ahí procedió mi "clon" de la ZX Spectrum + , bastante mejorado con un teclado más profesional y conectores para joystik, aparte de tener sonido por TV (los Spectrum usaban un "buzzer"; un pequeño altavoz interno) y algunas opciones de depuración de programas y de gráficos definidos por el usuario no existentes en las versiones inglesas. Microdigital lanzó dos modelos, el TK 90X ...

y el TK 95, este último fue el que llegó a mi hogar :



Si bien es cierto que gran parte del software para estas máquinas eran juegos, yo me dediqué también a seguir programando. Y vaya que tuvo utilidad esta pequeña máquina. Uno de los usos más contundentes fue el programar un test para un concurso que tenía que dar mi padre para ascender en su cargo laboral. Armé el programa para que fuera totalmente automático y que pudiera preguntarle cosas que no fueran tan previsibles, y que el, con presionar la tecla de la opción correcta, pudiera contestar. Luego la máquina le daba el porcentaje de aciertos, preguntandole si quería repetir el test, que cada vez era diferente en cuanto a orden de preguntas.

Toda una mañana estuvo mi padre, dió su "examen" y al otro día el éxito coronó los esfuerzos de ambos. Mi primer programa "serio" dió sus frutos.

Ese ascenso laboral de mi padre me hizo acreedor a una pequeña recompensa que guardé para comprar mi próxima máquina. Ya esta me quedaba chica, me había enfocado a la programación de primitivas bases de datos y necesitaba algo más rápido y fiable que el cassette como medio de almacenamiento. Y no quería apartarme de la linea impuesta por Sinclair.

Sinclair Research había sido vendida a Amstrad Consumer Electronics por problemas financieros causados por la obstinación de Sir Clive en producir una máquina similar al Spectrum pero enfocada a la oficina. Una hermosa máquina, un prodigio de 32 bits (años pasaron hasta tener lo mismo en los PC's, Windows corre sobre 32 bits salvo XP de 64 bits y el Vista) pero adolecía de grandes defectos, y el peor era que no tenía unidades de disco, sino los poco fiables "microdrives" de Sinclair. Esto hizo imposible que el público potencial la tomara en serio, el negocio fué un fiasco y ahora el Sinclair QL es un preciado objeto de colección. Nunca tuve una, la encontraba demasiado "seria" y cara, solo la ví en vidrieras :



Sir Clive vendió entonces su empresa, no sin antes dar al mercado su última encarnación, un ZX Spectrum pero con 128 K de memoria :

Esta belleza de máquina ya incorporaba salida para monitor RGB, interface RS 232, sonido por TV, y mas memoria que posibilita usar parte de ella como un "disco virtual" de acceso inmediato. En su época no me pareció atractiva, ya que la única gran diferencia era la memoria. Seguía con el mismo método (cassette) de almacenamiento de datos, y yo buscaba otra cosa. Mi mejor amigo compró una y pude verla en acción. Actualmente mi afán de coleccionista me llevó a comprar una para tener la última máquina elaborada por Sinclair.

Luego de su venta a Amstrad, esta compañía decidió sacar provecho del renombre de la marca Sinclair y siguió utilizandola, sacando nuevos modelos con mejores prestaciones al mercado. En realidad, la máquina que siguió fue una versión con nuevo (y decente) look de la ZX Spectrum + 128 K que incorporaba una unidad de cassette en la misma. Nacía de las cenizas de Sinclair Research y de la mano de Amstrad el Sinclair ZX Spectrum +2:



¿Mejoras? Bastantes. Cassettero incorporado. El tener un teclado realmente decente, y el modo 128 K, que permitía editar los programas con mucha más comodidad, escribiendo cada comando letra a letra, no como el sistema anterior que se debía escribir cada comando con combinaciones de teclas. La ventaja era la sintaxis automática. El método se desarrolló porque cada comando se interpretaba como "token" (símbolo) y ocupaba menos lugar en memoria. "PRINT" por ejemplo, ocupaba solo dos bytes en lugar de los cinco que ocuparía si se escribiera letra por letra. Esa fue la herencia del ZX81 en tiempos que ahorrar un byte de memoria era vital si uno no disponía mas que de 1K... Ese ingenioso sistema era una de las bases (y luego probó ser una de las espadas de Damocles) del éxito de Sinclair.


Ahora, con 128 K no importaba, y se podía editar mejor, con más comodidad.



Sin embargo, los usuarios querían otro método de almacenamiento mejor, y Amstrad lanzó el mejor modelo de la serie Sinclair; el ZX Spectrum +3 :








¡Al fin una unidad de disco! Pero... para seguir con la tradición, no era estándar...



Amstrad equipó al +3 con una unidad de disco Toshiba de 3", cuando la predominante en los modelos de máquinas ya de 16 bits en el mercado era de 3 1/2".



Gran error que llevó al fracaso de la serie ZX Spectrum. Sin embargo, este último descendiente de la saga era una máquina poderosa. Incorporaba el primer sistema operativo en máquinas de 8 bits, el +3 DOS, que manejado apropiadamente (el manual de usuario daba exhaustivos detalles) permitían el uso de "overlays" que hacían un placer usar bases de datos. Sumamos el uso de un "disco virtual" para poder tener pequeñas rutinas residentes en memoria como si fuera otra unidad de disco, el tener posibilidad de usar CP/M en esta máquina, y tenemos la máquina que necesitaba. Evidentemente disfruté mucho usándola y programando en ella, y la considero el producto mas fino que ha salido de la linea Spectrum.



Como Sinclair había desaparecido, los PC's estaban en pañales y muy caros aún, y quería seguir adentrandome en el mundo de la programación, decidí ver que me ofrecía la empresa que compró a Sinclair. De la mano de un compañero de estudios compré una Amstrad CPC 6128 :




Ya tenía monitor, no dependía del TV de mis padres para poder usar la máquina, de modo que mis ratos de programación se alargaron. Tenía el mundo del CP/M disponible, la misma memoria (128K) que en las últimas Spectrum, y un BASIC con mucha potenciaque permitía usar funciones muy elegantes. La diskettera era la misma del ZX Spectrum +3, de modo que podía reutilizar diskettes sin problema. Mi compañero me la vendió con buena cantidad de ellos.



En ese entonces, ya estaba seriamente involucrado con grupos musicales y necesitaba algo más para poder trabajar en ese campo. Los PC's eran muy inestables para eso, y una persona vinculada al grupo se ofreció para hacernos los arreglos en una computadora. Saltábamos al mundo de la alta tecnología musical de manos de una Commodore Amiga que si bien yo ya había visto, no consideraba necesaria aún. Luego de trabajar casi un año con ella y aprender todos sus secretos, decidí hacer mi primera movida fuera de Sinclair. La Amiga 500 llegó a mi hogar, y la considero una de las máquinas más nobles que he tenido, y sin duda la que más uso tuvo de todas :






La equipé con interface MIDI, digitalizador de sonido, diskettera externa y monitor. La usé en vivo sobre un escenario y aprendí bastante de programar en su sistema, aunque ya los programas venían hechos. Siempre había que hacer algún ajuste para customizarlos a base de código, cosa que de muy buena gana hacía. Fue la base de mi sonido como músico.

En un punto, necesitaba tener más equipamiento, ya que la pobre Commodore Amiga 500 no era suficiente para tanta cosa. Estaba trabajando al mismo tiempo con MIDI y audio en ella, cosa que los PC's de ahora recién hacen fluidamente. Por intermedio de un canje por equipamiento, llegó a mis manos sin gastar absolutamente nada, esta otra máquina :

La Atari ST 1040 es una máquina que ya disponía de posibilidades MIDI sin necesidad de interface, y justamente para eso la utilicé, aliviando a la Amiga 500 de ese proceso, destinando solamente para audio. Era un infierno sincronizar toda la maquinaria de mi estudio, pero era lo que tenía a mano en esa época. Recuerdo utilizar el Cubase 2.0, precursor del Cubase SX que hoy todos los músicos usan.

Una ves que por el uso esas máquinas pasaron a retiro, el PC ocupó su lugar. Pero nunca han dejado su lugar en mi corazón. De hecho, nunca vendí ninguna para comprar otra, y aún permanecen en casa en un pequeño rincón (salvo la Atari ST 1040 que vendí como repuestos ya que estaba rota por completo), todas juntas, como testimonio de lo que fuí, de mis inicios y como una muestra de respeto hacia esas cosas que marcaron mi camino.
Casi todas funcionan, y las que no lo hacen, ya pronto volverán a hacerlo con un poquito de esfuerzo. Son mis planes volver a darle digna existencia a esa parte importante de mi pasado que formaron lo que hoy soy.

Gracias, Sir Clive Sinclair por crear esas maravillas y tratar de perseguir un fin noble como fue el poner algo al alcance de un pueblo aún poniendo su fortuna en juego. No en vano, es un Caballero de la estirpe de los Saint-Clair (verdadero apellido de la familia Sinclair) que están relacionados con otras cosas más profundas, como los Caballeros Templarios. Cosas que vendrán en próximas entradas de este blog...

(Todas las fotografías publicadas son propiedad de sus respectivos dueños, como se indica en ellas)