martes, 25 de marzo de 2008

Autumn Leaves


















El tiempo ha comenzado a correr. Ya entro el sindrome del "Autumn Leaves" en mi. Recuerdos, recuerdos y mas recuerdos. Tiempo de pensar en lo que se ha caido del arbol de mi vida con este tiempo, ya cumplidos mis 35 el 15 de marzo pasado.
A veces no es tarde para volver atras y darse cuenta que el hablar a tiempo es la mejor virtud. Luego sino todo termina en un mayusculo desastre.
Muchas veces, la piedrita mas inocente arrojada con el animo mas inocente se convierte en un alud que viene a caer encima de la cabeza de la persona mas inocente a su vez.
Es decir, mas vale no ocultar la piedra porque luego se convierte en bola de nieve, nos aplasta y aplasta todo lo que encuentra a su paso. La mejor similitud que encuentro para eso es la de soltar un elefante en un bazar. Intentelo y mire los resultados por si mismo, amable lector. Como los programas de divulgacion cientifica de la TV : "Don't do it at home"

Pero muchas veces esto tiene su lado positivo. Y mas si alguien mas sigue el ejemplo de hablar.
Se pueden recomponer (o no) viejas amistades que se rompieron por tonterias. Se puede definir el rumbo a tomar en la vida. Y a veces darse cuenta que lo que tenemos como seguro y firme no es mas que un medio para sobrevivir en este camino que se llama vida.
Ahi se rebela el espiritu, y no hay cosa mas peligrosa que el espiritu rebelado contra su creador.

Estas tardes han sido tardes de caminatas y reflexiones. Empieza un nuevo ciclo de vida. Y realmente, ya no tengo miedo de nada. Quiza solo de mi mismo...

Mucha nostalgia a su vez de tiempos y cosas que pudieron ser y no fueron. Si no fueron, es porque el Gran Ojo que reina alla arriba estaba mirando el camino que iba a emprender, y decidio dar un golpe de timon. Si alguna vez pregunte por que, ahora entiendo que era para poder seguir a flote y no meterme en la tormenta de lleno.

El asunto es que el barco sigue su curso, quiza con las velas un poco gastadas, pero sigue su curso.
Y me alegro al saber que el llegar a puerto es inexorable. Solo controlamos con el timon a que puerto llegamos.

Somos navegantes en el oceano de la vida. Guiemos nuestro viaje con una buena carta de navegacion y dejemos que las estrellas nos guien en la noche, como a los navegantes de aquellos viejos y buenos tiempos.

A navegar!