
Era hora. Ya se aproximaba el tiempo en que mis instrumentos iban a estar juntando polvo en un rincón de mi casa; ese rincón que alguna vez fue mi estudio y sala de ensayos, por donde pasó tanta gente y pasaron tantas cosas antes que mi vida cayera en la relativa comodidad de la vida en pareja. Si bien digo comodidad, también debo decir que la necesidad de una pareja surgió al terminar mi ciclo como músico en una de mis bandas. Los músicos lo sabemos, cada banda es como un matrimonio, y casi siempre cuando sobreviene el "divorcio" nos deja mal parados.
Años despues vuelvo al ruedo, si bien hice pocas cosas esporádicamente. Ahora me voy a tomar esto en serio.
¿Que hice en estos años "muertos"? Decidí aplicar ese conocimiento y experiencia musicales a la docencia en ese ramo. Y como lo mío siempre fue la tecnología, me puse a dar clases de Informática aplicada a la creación musical. O sea, MIDI, síntesis de sonido, samplers, etc.
Todo en lo que fuí experto alguna vez, pero ahora con el conocimiento y la experiencia de los años que pasaron, mientras yo miraba cambiar la tecnología.
Este 2008 llegué al punto de haber definido mis metas tecnológicas. Es decir, que tipo de equipamiento y software necesitba como mínimo. En estas semanas que tuve de licencia en mi trabajo en la radio como encargado de la parte Informática, navegué y navegué, leí y leí, y al fin me hice mi lista de "imprescindibles". Si bien tengo dos hermosos sintetizadores, uno de ellos analógicos, tenía en claro que dificilmente pudiera meter un Mellotron, un Fairlight, un PPG Wave ó un Minimoog en mi casa. Ni siquiera un ARP 2600. Y ni hablar de un DX7 por motivos económicos.
Para eso, existen esos aparatos que marcaron la música que escucho y hago; pero en formato virtual. El único problema era encontrar un secuenciador que aceptara eso, fuera bonito gráficamente, fuera barato y no fuera una porquería orientada a los DJ's, como todo ahora.
Encima, tenía que tener una bonita interface gráfica y permitirme interactuar y exportar mis creaciones para compartirlas con eventuales compañeros de teclas.
Por supuesto, como viejo y fiel usuario de Cubase desde su versión 2.0 en mi querida Atari ST 1040, pensé en eso. Mi PC no lo soportaría. Además, sigo usando Windows 98 por muchas razones. Una de ellas es que la música que escucho se hizo en épocas donde las computadoras no existían. Otra es que Windows 98 tiene infinidad de drivers para los más diversos tipos de tarjetas de sonido y acccesorios.
En algún momento llegará el momento del cambio. cuando llegue lo tomaré, mientras, la idea era sacar el mejor partido de lo que tengo y no caer en la esclavitud tecnológica que rodea la música actual.
En ese camino, sabemos que todo llega cuando uno se lo propone. Y cayó en mi navegador web un secuenciador destinado a competir con Cubase : se llama REAPER.
Señoras, y señores, unos screenshots valen más que mil bytes en texto:


Es para mí el secuenciador soñado. Tiene todas las exigencias que quiero, es compatible con todas las plataformas de sistemas operativos desde Win 98 al Vista y permite correrse desde USB. De modo que cuando vaya a lo de mi amigo Pablo a tocar con el, me lo puedo llevar en mi pendrive y mostrarle lo que hice; trabajarlo, y traermelo de vuelta a casa.
Encima de eso, el precio : ¡U$S 50!. No estaba dispuesto a gastar U$S 400 en un secuenciador, y tampoco me gusta el software pirata en ese sentido. Com músico, prefiero comprar mis herramientas. Y muchos músicos somos así de quisquillosos, eso lo conversaba con Pablo vía teléfono anoche
En fin. Ahora me falta la ergonomía nomás. Un buen teclado, y un monitor más grnade para el PC, aparte de mi silla.
De todos modos, ya me entretuve componiendo algo. Es decir, sacándome la dureza de varios años de no componer nada. Unos segundos de composición me tomaron cerca de media hora...
Que viejo estoy...